Rompecabezas

viernes, 30 de abril de 2010
Nos imagino como dos piezas de un rompecabezas que encastran y se unen en armonía, pero no con perfecta compatibilidad. Las superficies desgastadas se acomodan para diluir el vacío entre sus articulaciones, los lazos entre las curvas cobran intensidad con cada nueva vivencia. Pero hay desgastes, hay zonas de las que brotan asperezas y astillas que en el abrazo cortan y trazan heridas. ¿Se pueden pulir las púas o simplemente se vive con los ojos ciegos?
Y hay espacios de plastilina que reculan ante la llegada del compañero y se adaptan para darle lugar al recién arribado. Me pregunto si esa elasticidad permanece o si, con el paso del tiempo, la goma se reseca y las piezas dejarán de ser un par para volverse fichas de diferentes juegos.

1 comentarios:

Riggy from the blog dijo...

Creo que no existe nada como eso de la "media naranja", "mi otra mitad" ni "el alma gemela". Creo que son sólo sueños románticos: el amor, además de ser un estado de gracia único, es también un trabajo que lleva tiempo, paciencia y desgastes. Mantender a alguien al lado es aceptar sus errores, diferencias y defectos y aún así mantenrse a su lado. El amor es una palabra grande, enorme, a veces inabordable y no es extraño desanimarse ante el menor conflicto. Espero que no te pase...

Publicar un comentario