Una noche juntos

viernes, 30 de abril de 2010
Dormir a tu lado siempre trae sorpresas. Puede ser un ataque inesperado, un beso que quedó pendiente en tu inconsciente y que de súbito necesitaste saciar en medio de la noche; o puede ser una respuesta a una pregunta que no terminé de articular ante tu yo despierto y que, en sueños, intentás acallar sin proponértelo. El hecho es que estar acostada a tu lado me sorprende cada una de esas noches que le robamos al mundo y que disfrutamos como nuestra, aislados de cualquier invasión que haga ruido en esa pequeña y tan propia burbuja de Juncal.
Esa mano apoyada sobre mi pecho y ese acercamiento paulatino me inunda de regocijo. No es que las caricias despabiladas me dejen con falencias, sino que saberte deseoso de venir a mí, incluso en tus imaginaciones, no puede más que generarme ternura y llenarme por dentro. Capaz no sepas que tus ronquidos pueden sacudirme de mis propios ensueños y logran abrir mis ventanas al mundo oscuro donde te había visto por última vez. Pero es ahi, en esos momentos, cuando te encuentro indefenso y respirando cerca, muy cerca de mi cuerpo, con esa mano cerca mío y con la otra rozando tu rostro que no parece más que el de un niño. Y es en ese instante cuando revelas toda tu inocencia, es en ese preciso segundo en que me dan ganas de acunarte para evitarte malos recuerdos, para silenciar cualquier fantasma o miedo que te esté atormentando allí donde puede que no tengas defensas. Acarició tu mejilla y tu respiración se tranquiliza; no importa cuantas veces haga la prueba el resultado suele ser una inspiración más pura y, quien sabe, la superación del capítulo que se te estaba cruzando en el camino onírico de ese día. Puede que no reconozcas ese detalle y que, al despertar, las horas se te hayan pasado enteras sin atisbo de todo lo que yo registré en su dulce y lento transcurrir. A mí me quedó la reminiscencia de tu pureza y la sensación de que con un pequeño roce de mis dedos conseguí mermar un poco tu sufrir.

0 comentarios:

Publicar un comentario