Bicho de ciudad

lunes, 23 de agosto de 2010
"No estoy incapacitada de aspirar, soy incapaz", pienso en plena etapa blue, de esas que nos hacen mirar el suelo mientras alguna que otra gota intenta salírsenos de los ojos. "Acá nadie se salva del dolor", repite mi cabeza a medida que las conversaciones parpadean en mi computadora y escucho a mi gente sumergida en la angustia por un ex, por uno que no quiere llegar a ser, por la familia, por la vida que se ríe a carcajadas del pobre desgraciado que, encerrado en su oficina, resuelve algunos problemas ajenos sin tener la más mínima idea de cómo tapar aquello que lo hace sufrir. "Pero al menos vos tenés oficina", le digo al interlocutor cibernético. "¡De lo que me sirve!", me dice el otro. Y todo queda en juntarnos para tomar un par de birras y adormecer los sentidos, al menos todo lo que el elixir dorado nos permita. El resto, ya se verá.


2 comentarios:

jotita dijo...

de los mas lindos.
y si, el resto ya se vera.

José dijo...

Cuando termines con tu elixir acá voy a estar esperándote, y mientras me lo permitas, el resto lo veremos juntos.
Tuyo, siempre.

J.

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