Las palmas se abren y se cierran, los ojos descubren horizontes mientras el corazón bombea esencia roja a los órganos. Los pulmones inspiran y expiran con cada respiro un aire distinto a este aire que intenta escapar por los recovecos de mi cuerpo. Es una idea volátil, un pensamiento que las barreras del consciente intentan relegar al Triángulo de las Bermudas del cerebelo. ¿Quién no intenta encerrar ese gas molesto que circula por las venas y arterias en busca de una vía de escape? Un camino para la revelación puede ser la lengua que, sin pensarlo, articula palabras que otro oye sorprendido ante un locutor también horrorizado por dar a conocer eso que guardó con sigilo y esfuerzo. También lo son los sueños, los suspiros, los ademanes nerviosos o una mirada profunda y perdida en un punto equis de interés en ese momento.
No se que me llevó a pensar esto, puede que los comentarios de gente amiga que repite la frase "muy lindo escrito pero muy triste al mismo tiempo". Es que este espacio es mi claroscuro, es el lado que no muestro afuera donde espero que la garra y la fe sean mi centro.
Y entre tanta reflexión llegan las ondas, las "buenas vibras" como diría mi amiga alemana hundida en las tierras irlandesas. Esas personas que me elevan al querer verme y ser parte de su vida. Ese par de locas lindas que desde poblados anglosajones me regalan sus minutos y euros para saber cómo y dónde estoy. Esa gente que empuja desde un mensaje, un msn o un llamado para conocer mis problemas y entregarme un te quiero. Eso me muestra que algo habré hecho y, creo, algo bueno.
Flyer Grupo Alejandria Junio
Hace 11 años